Los militares habrían estado realizando actividades de
reconocimiento y rastreo para una operación contra el
Cártel del Pacífico Sur
Martes 28 de agosto de 2012
Los dos marines estadounidenses que resultaron heridos el pasado viernes tras ser emboscados por la Policía Federal llevaban a cabo operaciones de inteligencia con la colaboración de la Secretaría de Marina.
Es muy probable que realizaran actividades de reconocimiento y rastreo (RECON, por sus siglas en inglés), señaló un funcionario de Washington.
Su misión habría sido parte de los trabajos de inteligencia preparativos para realizar una operación contra el Cártel del Pacífico Sur.
El propósito sería ubicar a algunos de los altos mandos de esta organización, como Héctor, “El H”, Beltrán Leyva
Específicamente, el propósito sería ubicar a algunos de los altos mandos de esta organización, como Héctor, “El H”, Beltrán Leyva.
Aparentemente, estos marines eran capacitadores de los grupos especiales de la Marina Armada de México.
También se sabe que la camioneta Toyota con placas diplomáticas formaba parte de unconvoy de cuatro vehículos que participaban en tareas de inteligencia.
La Marina Armada de México ha sido pieza clave en la guerra contra el narco y el crimen organizado. Se ha ganado la confianza del presidente Felipe Calderón y, sobre todo, del gobierno estadounidense.
De hecho, Washington mantiene una estrecha relación con la Marina y le destina recursos y capacitación como parte de la Iniciativa Mérida.
La pugna al interior del gabinete de seguridad del gobierno federal no es nueva, pero se ha recrudecido. Hay diferencias en torno a las estrategias y la asignación de presupuestos.
Y como resultado de los altibajos de la relación del gobierno de México con el de Estados Unidos, dos personajes clave fueron sustituidos. El embajador y el agregado militar de Washington.
Las dos vacantes fueron ocupadas por dos expertos en materia de seguridad.
Anthony Wayne, el actual embajador, venía de una misión diplomática en Afganistán.
Y la llegada del nuevo agregado militar, el contraalmirante Colin Kilrain, generó sorpresa y especulación sobre el giro que daría la cooperación estadounidense.
Kilrain fue un SEAL de la Marina de Estados Unidos antes de incorporarse al Consejo de Seguridad Nacional en materia de antiterrorismo. Ha ocupado diferentes puestos y servido en Iraq, Afganistán y Pakistán.
Fue un equipo de SEAL el que llevó a cabo la operación contra Osama bin Laden, y partir de este caso, ha tomado fuerza la retórica sobre la labor de estas fuerzas especiales.
La administración de Barack Obama se ha pronunciado a favor de invertir en un activo estratégico del Pentágono, las Fuerzas de Operaciones Especiales (SOF).
El objetivo de Washington es dar un nuevo enfoque a la cooperación con otros países en materia de seguridad. Se dice que la idea es realizar operacionesquirúrgicas certeras y eficaces.
Por ejemplo, el general Oscar Naranjo, asesor de seguridad de Enrique Peña Nieto, declaró la necesidad de reducir la violencia sustancialmente en los primeros 100 días de la administración entrante.
Afirmó que se planeaba crear un grupo de choque para dar con el paradero y capturar o eliminar “objetivos de alto valor” (HVT, por sus siglas en inglés).
En pocas palabras, se refiere a los líderes de los cárteles.
Esto se ajusta al perfil del agregado militar estadounidense Colin Kilrain, al objetivo de profesionalizar el sector naval y a la experiencia del asesor colombiano Oscar Naranjo, quien es producto de la doctrina de Washington.