Cuando se asume que los mexiquenses serán los amos y
señores del nuevo gabinete, un puñado de hidalguenses
encabezados por Miguel Ángel Osorio Chong y Jesús
Murillo Karam se perfilan como el bloque compacto
más influyente para el presidente Peña Nieto. Conoce la
historia.
Martes 20 de noviembre de 2012
Decir Enrique Peña Nieto es hablar del Estado de México, del influyente Grupo Atlacomulco, de la tierra de Isidro Fabela, Carlos Hank, Alfredo del Mazo y Arturo Montiel.
Y aunque antes del nuevo presidente solo un mexiquense llegó a Los Pinos –Adolfo López Mateos– la influencia de sus políticos siempre fue decisiva en los gobiernos de la segunda mitad del siglo 20.
Por eso ahora, cuando se asume que serán los mexiquenses los amos y señores del regreso del PRI, llama la atención la conformación de otro bloque más compacto y más poderoso en torno al nuevo presidente: el del estado de Hidalgo.
Seis personajes de primera línea de esa entidad se perfilan para ocupar posiciones clave en política, justicia y finanzas dentro del nuevo gabinete que se anunciará en cuestión de días.
Miguel Ángel Osorio Chong, el ex gobernador hidalguense, podría convertirse en el nuevo titular de la renovada y poderosa secretaría de Gobernación.
Jesús Murillo Karam, otro exgobernador hidalguense, se asoma también como posible titular de la Procuraduría General de la República o como el responsable de la seguridad pública nacional.
Nuvia Mayorga, quien fuera la secretaríade Finanzas del gobernador Osorio Chong y una de las operadoras en el mismo tema de la campaña de Peña Nieto, despacha ya en la Cámara de Diputados como presidenta de la comisión más codiciada: la de Presupuesto y Cuenta Pública.
Y desde el Congreso también, dos hidalguenses acaparan ya titulares para fijar posiciones ante los desplantes de la oposición. David Penchyna en materia energética y económica, y Omar Fayad en el tema de seguridad pública.
Para cerrar el bloque, la hidalguense Carolina Viggiano –ex jefa de campaña de Osorio Chong y actual esposa del gobernador Rubén Moreira– opera programas sociales para el presidente Peña Nieto.
También está Cuauhtémoc Ochoa, un joven hidalguense con orígenes en el Partido Verde, que funge como coordinador de energía del equipo de transición.
Y finalmente, Eugenio Ímaz, un personaje allegado a Jesús Murillo y hermano del perredista Carlos Ímaz, que fue nombrado coordinador operativo de la transición.
De confirmarse a Osorio Chong, Murillo Karam, Nuvia Mayorga, Penchyna, Fayad, Viggiano, Ochoa e Ímaz, el estado de Hidalgo, con el 2 por ciento de la población nacional, se convertiría en el más influyente del nuevo gabinete 2012-2018.
El bloque rivalizaría con el poder que a lo largo de la campaña acumuló Luis Videgaray, quien fuera secretario de Finanzas durante el gobierno de Peña Nieto, presidente de la Comisión de Programación de la Cámara de Diputados y jefe de la campaña priista 2012. Analicemos.
Estado de políticos
El último hidalguense célebre en la vida política nacional fue el general Alfonso Corona del Rosal. Esto en los años de la guerra sucia, la mano dura y las revueltas sociales.
Militar y abogado, Corona del Rosal fue gobernador de Hidalgo (1957-1961), senador, diputado y presidente del PRI. Precedió como Regente de la Ciudad de México a un símbolo enigmático de la mano dura, el regiomontano Alfonso Martínez Domínguez.
Famoso por su participación en la tragedia de Tlatelolco en 1968 y arquitecto de los grupos paramilitares, el político hidalguense murió en 2001.
Hidalgo está ubicado en el centro del país –y aunque pequeño– es hoy el epicentro de diversos factores estratégicos de la vida nacional. Colinda con el Estado de México, Puebla, Tlaxcala, Veracruz y San Luis Potosí.
Actualmente recaen en territorio hidalguense tres proyectos que acaparan los reflectores nacionales y que en primera instancia colocan a los políticos oriundos de ese estado en el plano estelar del espectro político.
Primero está la recién terminada autopista Arco Norte, un libramiento que bordea el Valle de México y que conecta al norte con el sur y al este con el oeste del país. Segundo, la refinería Bicentenario, objeto de controversias y pugnas políticas desde su anuncio.
Y tercero, el aeropuerto alterno al Benito Juárez de la Ciudad de México, que habría de construirse en el valle de Tizayuca, territorio que colinda con el Estado de México.
Este proyecto, debatido en todos los rincones de la vida pública del país durante el sexenio de Fox, resultó frustrado por la administración de Felipe Calderón.
Estos mega proyectos son a los que un grupo de políticos hidalguenses han querido montarse y desde ahí catapultarse al plano federal.
Este grupo hidalguenses se formó en los días más grises del priismo nacional. Fue en los momentos en los que se aproximaba la debacle del sistema de partido hegemónico que gobernó durante 70 años, que un grupo de jóvenes hidalguenses ambiciosos escalaron posiciones en el gobierno estatal que encabezaba Jesús Murillo Karam.
Tal fue el caso de Miguel Ángel Osorio Chong, quien inició su carrera política como oficial mayor de la presidencia municipal de Pachuca, capital de Hidalgo.
Después prosperó como dirigente estatal del PRI, y con el regreso de Manuel Ángel Núñez Soto a su estado natal para apostarle a la gubernatura, Osorio fue nombrado coordinador de la campaña. Esta fue la última vez que se registró una elección interna abierta entre candidatos tricolores.
Núñez le arrebató la candidatura a un político hidalguense de antaño, José Guadarrama Márquez, quién ante su derrota decidió renunciar al PRI e incorporarse al PRD. Intentó retar al partido en el poder en los comicios para gobernador del 2005, sin embargo no logró vencer a su oponente y un año más tarde consiguió un escaño como senador de la república.
A la victoria de Núñez Soto como gobernador, el originario del municipio de Actopan nombró a Osorio Chong subsecretario de gobierno y luego secretario de gobierno.