16/5/17

Yunes y El Peje: las locuras del poder


Rijosos los dos, Miguel Ángel Yunes Linares y Andrés Manuel López Obrador, vuelven a escenificar su duelo particular que ya cansa, ahora en su peor nivel verbal.
POR MUSSIO CARDENAS ARELLANO.
Yunes había empedrado el suelo por el que andaría López Obrador. Un día antes de su llegada a Veracruz, el miércoles 10, lo confrontó con el caso Palmaritos, el poblado de Puebla donde se registró un enfrentamiento entre chupaductos y militares, donde un civil lanza tres disparos y mata a un soldado por la espalda, y otro civil es ejecutado cuando se halla en el suelo, descargando el soldado su arma, captado en videos que desataron una tormenta sobre la Secretaría de la Defensa Nacional.
AMLO definió al civil muerto como un campesino aunque hay evidencia que se trataba de un personaje vinculado a las bandas que roban combustible, los llamados huachicoleros.
“Es absolutamente falso —increpó Yunes Linares—; no es un campesino, es un delincuente organizado que portaba armas de alto poder, chalecos contra balas y que había asesinado por la espalda a un soldado”.
Arremetió el gobernador:
“López Obrador pidió también que el Ejército y la Marina se retiraran de las tareas de seguridad pública; es decir, López Obrador está aliado con la delincuencia organizada y quiere facilitarle el camino a la delincuencia organizada, retirando de las calles al Ejército y a la Marina”.
Y le llama desequilibrado:
“Esto deja muy en claro —agrega Yunes— el vínculo entre López Obrador y la delincuencia organizada”.
AMLO viene a Veracruz e invariablemente tilda a Yunes de “ladrón”, o de encabezar la “monarquía de la moronga azul” por pretender que su hijo Fernando Yunes Márquez sea alcalde de Veracruz.
Lo vincula a la “mafia del poder”. Le llama “corrupto”. Dice que está acreditado que cometió un fraude a su paso por el ISSSTE en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa. Y que su enriquecimiento está condensado en la carpeta azul que contiene las denuncias contra el gobernador de Veracruz. Se trata de las acusaciones que en su momento interpuso el ex gobernador Javier Duarte. Y por eso Yunes azul le imputa que AMLO y Duarte son harina del mismo costal.
El sábado 13, Yunes volvió a retarlo. Lo conminó a encontrarse en Córdoba un día después y le envió las preguntas a contestar. Seis tenían filo:
“¿Por qué agrede López Obrador a las Fuerzas Armadas, especialmente al Ejército  y a la Marina?
“¿Por qué defiende a los huachicoleros, a los que roban combustible?
“Ha dicho que la seguridad pública se resolverá sentando a la mesa a todos los actores que participan en el problema. Le pregunto si va a sentar también a la mesa a los cárteles de la delincuencia organizada.
“Le pregunto si recibe dinero de la delincuencia organizada para sus actividades públicas y privadas.
“Le pregunto ¿Cuántas recaudadoras además de Eva Cadena y Delfina Gómez tiene? Tiene varias más, las voy a dar a conocer. 
“Le pregunto por último ¿Cuánto le dio Javier Duarte para la campaña de 2016? y ¿Cuánto le dio en años anteriores?”.
Y luego la finura de Yunes:
“Espero que no le saque. ¡No le saques López Obrador! ¡No le saques lagarto!”
AMLO responde, también sin glamour, aludiendo al escándalo de los videos en que la diputada de Morena por el distrito Coatzacoalcos Rural, el de Las Choapas, Eva Cadena Sandoval, aparece recibiendo fajos de billetes, presuntamente para el pejepartido y su líder.
Acusa el Dios Peje:
“Pero no conforme con eso, Miguel Ángel Yunes ordenó a Peña que difundieran estos videos. Además, comenzó a decir que yo defendí a Duarte porque me daba dinero, 2 millones de pesos mensuales de moche, pero yo no conozco a Duarte; él sí. El exgobernador es igual de corrupto que el actual”.
Y luego acotó:
“No manches Yunes. Ayer me reta a un debate, pero si me reúno con él me roba la cartera, es muy ladrón; esto no lo digo sólo para responderle a Yunes, sino para que nos demos cuenta del contubernio que hay arriba en la mafia del poder”.
AMLO y Yunes viven su propia guerra, dirimiendo en Veracruz su lucha y mostrando su fuerza. Lo hacen con el peor de los lenguajes, sin altura de miras, recurriendo al agravio y a la descalificación.
Son estadistas-ficción, diría Salinas de Gortari.
AMLO y su obsesión con la mafia en el poder y Yunes obsesionado con reventar al Peje en Veracruz.
México y Veracruz confrontan mil dilemas, la inseguridad, la quiebra de los estados, la desigualdad, el encono socia, la corrupción. Y ellos se enfrascan en su guerra verbal.
Yunes hereda una violencia aterradora, los muertos del crimen organizado, la complicidad policíaca, la mano de Javier Duarte, y la de Arturo Bermúdez, y la del ex fiscal Luis Ángel Bravo.
Veracruz es, como dijera el sacerdote Alejandro Solalinde, un cementerio monumental. Yacen en sus fosas clandestinas los cuerpos de migrantes. Yacen también los de quienes se implicaron con los cárteles. Yacen también los restos de los inocentes.
Hubo que lanzar, pues, una oferta política: que en cosa de 60 días acabaría con la inseguridad, que traería la paz, que confrontaría a los criminales con la justicia, desentrañando la verdad, haciendo pagar al duartismo por coludirse con los cárteles de la droga, el secuestro y la extorsión. Y no cumplió.
Ofrecía el rescate financiero de Veracruz, reordenando la economía, saldando deuda, pagando a empresarios y contratistas, impulsando la producción, el ingreso y la inversión. Y todo queda en palabra incumplida.
López Obrador genera una expectativa que va más allá de lo que hasta ahora ha podido mostrar y decir. Busca la igualdad y excluye a quienes no razonan como él.
Son 18 años con el mismo rollo. En 18 años ha construido su plataforma política sobre la base del combate a la corrupción, la mafia en el poder que se come al país.
Pero su discurso no varía. Lo expresa así en 2006, lo recicla en 2012 y lo remasteriza hacia la elección de 2018.
En 2006 hablaba de la mafia en el poder y en 2017 sigue hablando de la mafia en el poder.
En 2006 era Salinas el caudillo de los corruptos y en 2017 permanece Salinas como el gran capo nacional.
Sabe Yunes que parar al Dios Peje en Veracruz, impedir que se lleve más de 100 alcaldías y por encima de todo Xalapa y Coatzacoalcos, donde puntea en la intención de voto, es fracturar el sueño presidencial de López Obrador.
Sabe el Peje que Veracruz y el Estado de México definen estar o no estar, enfilarse al gobierno de México o dar por concluido proyecto. Ganar Veracruz, o por lo menos Coatzacoalcos y Xalapa, es hincar a la mafia en el poder.
Pero la lucha se degrada, el lenguaje se vulgariza, el adjetivo se vuelve soez. Dice el Dios Peje que no acude al debate al que lo reta Yunes porque es “ladrón” y le roba la cartera. Increpa Yunes azul a López Obrador, el “lagarto”.
Así de finos los dos.
AMLO es AMLO y no va a cambiar.
Yunes es Yunes y así va a seguir.
Viven la locura del poder.
CON INFORMACIÓN DE: MUSSIOCARDENAS.