Los magistrados deben anteponer el "principio de autenticidad" de la elección antes que tolerar las irregularidades en el proceso electoral, asegura el investigador de la UNAM.
Jueves 30 de Agosto del 2012.
John M. Ackerman, investigador de la UNAM, dio a conocer a principios de julio su nuevo libro titulado Autenticidad y nulidad. Por un derecho electoral al servicio de la democracia, en el que expuso la posibilidad de que la elección presidencial sea anulada o invalidada, como lo pidió el Movimiento Progresista al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Uno de los argumentos principales que expone es que la democracia mexicana necesita una transformación radical en la que se pueda dejar atrás la tolerancia a las irregularidades cometidas por los actores políticos, económicos y sociales.
Ackerman cuestiona la percepción que tiene la magistrada María del Carmen Alanís sobre que la nulidad electoral es como la “pena de muerte”.
Apunta que “la nulidad de la elección no afecta al candidato supuestamente ganador en la esfera de sus derechos. Esto porque precisamente lo que resuelve el TEPJF en estos casos es que nunca en realidad un ‘triunfo’ como tal, ya que el proceso electoral no cumplió con la normatividad o los principios constitucionales en la materia”.
“Por ejemplo, el TEPJF no duda en anular una casilla cuando la urna fue robada o cuando las boletas fueron destruidas, independientemente de quién haya sido el responsable de la irrgularidad. La nulidad de una casilla no depende de haber determinado a los culpables (…) sino sólo de haber acreditado que exista una afectación grave a la confiabilidad de los resultados”,
El investigador coincide con el abogado Netzaí Sandoval quien afirma que el Tribunal que anula no castiga a los ciudadanos sino que impide que quienes violan la ley y la Constitución se impongan sobre la voluntad popular.
En ese sentido, indica que en lugar de hacer lo posible por “proteger” la validez de los comicios, los magistrados deberían colocar el principio constitucional de la “autenticidad” electoral en el centro de sus deliberaciones.
El nuevo enfoque propuesto por John M. Ackerman pone de ejemplo la anulación de la elección para la presidencia municipal de Morelia, que fue decretada al considerar inequidad en la contienda.
La obra tiene cuatro apartados: “Introducción. Simulación institucional y derecho electoral”, “Capítulo primero. Crítica a la causal abstracta de validez”, “Capítulo segundo. Hacia un nuevo enfoque” y “Conclusiones. Derecho electoral y democracia”.
El libro completo puede consultarse en la Biblioteca Jurídica Virtual.