20/6/14

Cosamaloapan, Territorio de leyendas fúnebres Y en Nopaltepec con 31 cuerpos en fosas clandestinmas.




La Cuenca del Papaloapan es un espacio del país que 
lleva años acumulando desaparecidos y muertos


El hallazgo de la fosa clandestina con 31 cuerpos 

macerados es la punta del iceberg que el gobierno de 

Veracruz no ha querido ni ver ni escuchar.


Con su ceguera institucional ha regado la leyenda negra 

alrededor desapariciones forzadas, nexos de policías 

ministeriales y municipales con bandas delictivas,  giros 

negros  controlados por los carteles en los municipios 

fronterizos, las capillas dedicadas a la Santa Muerte, las 

fosas de migrantes, las fosas de malandros, las fosas de 

inocentes.

Por: Antonio Mundaca/Agencia Blog Expediente

 Es necesaria  la estridencia de una foto de cuerpos descompuestos , la valentía para escribir la historia de una casa habitada por demonios  y los contactos con las fuentes adecuadas para poner al descubierto el  rostro del gobierno de Veracruz con las negaciones y los discursos y la censura, gobierno obligado a voltear al sureste de la entidad para encontrar  un “estado de excepción” que difícilmente se atreve a reconocer y lleva años en guerra y lleva años acumulando muertos.

Así lo han confirmado los 31 cuerpos localizados hasta el momento en la fosa del rancho “El diamante” (también conocido como San Lorenzo) en el Ejido de Nopaltepec donde el reporte oficial fue primero de siete cuerpos el 16 de junio y 24 más el martes 17 de junio,  se presumen mas fosas bajo información extra oficial con un mutis ominoso y tardío del gobierno estatal que volvió al kilómetro 11, entre Cosamaloapan y Tres Valles, en tiempos de cortinas de humo, una noticia nacional que años y meses se ha denunciado como una zona asolada por grupos armados dedicados a la extorsión, el secuestro y la droga,  sin que el Ejército, la Marina o los tres órdenes de gobierno actúen, bajo la excusa de la selva que todo lo mastica y la corrupción  todo lo permite.

Al respecto en Blog Expediente se publicó el 3 de enero de este año en el reportaje  El cuerno de la pólvora: “En la Cuenca del Papaloapan las guerras de la delincuencia organizada no tienen el impacto de las batallas en el desierto.  Se pelean los territorios los cárteles  de la droga en la selva, por agua de grandes ríos, en lanchas,  en  caminos cañeros y tiran las bajas de esa guerra en la frontera de Veracruz y Oaxaca. Las dependencias de Seguridad Pública de ambos gobiernos vecinos presentan estadísticas anuales que chocan con el recuento de la gente que vive en los límites fronterizos y cuentan sus historias con zozobra y anonimato; sufren la intimidación de grupos organizados económicamente y armados, que se  internan en rancherías y pequeñas ciudades, caminos rurales o  terrenos en despoblado donde el sonido de motores de avionetas se intensifica como el número de desaparecidos, todos ellos testimonios que no entran en la cifra oficial”.

“Las dependencias de Seguridad Pública de ambos gobiernos vecinos presentan estadísticas anuales que chocan con el recuento de la gente que vive en los límites fronterizos y cuentan sus historias con zozobra y anonimato; sufren la intimidación de grupos organizados económicamente y armados que se  internan en rancherías y pequeñas ciudades, caminos rurales o  terrenos en despoblado donde el sonido de motores de avionetas se intensifica como el número de desaparecidos, todos ellos testimonios que no entran en la cifra oficial”.

CUERPOS BOCA ABAJO

El hallazgo de fosas clandestinas en la cuenca de Papaloapan no es nuevo,  el 14 de enero del 2014 fue encontrada otra fosa clandestina con alrededor de 15 cuerpos. Los marinos bloquearon los accesos a la prensa, se corrió el rumor que vendieron fotos a medios internacionales, pero no hubo respuesta de la  Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE). Las inmediaciones del Instituto Tecnológico de Cosamaloapan era la zona donde las denuncias anónimas afirmaban había sido encontrado el cuerpo de la sobrina del expresidente de Carlos A. Carrillo, Enrique Molina Ríos, se había pagado el rescate pero el cuerpo de la joven de 19 años fue vejado, colocado entre otros cuerpos, boca abajo.

El mismo día en la ciudad de Xalapa, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, entregaba nombramientos en la Academia de Policía y hablaba en su discurso de “profesionalización de policías estatales”, fue flanqueado por el gobernador Javier Duarte de Ochoa, el almirante Pedro García, comandante de la Primera Región Naval, y del general Germán Javier Jiménez Mendoza, comandante de la Vigésimo Sexta Zona Militar.

Un año antes,  el 8 de febrero de 2013  en La Pochota, colonia de Tres Valles, fueron encontrados seis cuerpos que nunca fueron identificados, hechos por los que nunca hubo pronunciamiento oficial y en el pueblo cuenqueño corrió como reguero de pólvora que tres de ellos pertenecían a la banda de “Los Jaimes” de Cosamaloapan que habían desaparecidos días antes del hallazgo. Después vino el silencio, la ronda de marinos, el patrullaje incesante por tres días de policías federales y ningún expediente abierto de manera oficial.

TERRITORIOS DE LEYENDAS FÚNEBRES

Municipios veracruzanos epicentro de fosas clandestinas con cuerpos macerados que llevan años a los pies de la delincuencia organizada. Los restos encontrados  en una zona rural propiedad de  panistas de abolengo en la zona cañera, añade historias terribles a una región rica en  fúnebres  leyendas locales  donde los políticos, el narcotráfico, la violencia y el temor atraviesan los caminos al pie de la selva.

Leyendas que cuentan que Miguel Ángel Yunes Linares tiene un feudo protegido por hombres armados  en un rancho que nadie se atreve a señalar y fue invadido por el extinto Cesar Toimil Robert, dirigente del  Consejo Regional Obrero, Campesino y Urbano de los Trabajadores (CROCUT) cuyos bastiones estuvieron en Acatlán, en Oaxaca, y Tierra Blanca, en Veracruz; y fue acusado de tráfico de armas hasta su asesinato en el 2005.

Fosas clandestinas que hablan a través de cuerpos decapitados y almas 
enterradas en la tierra natal de Fidel Herrera Beltrán el exgobernador veracruzano vinculado más de una vez como el responsable de abrir al Cartel de los Zetas el feudo jarocho;  ranchos alambrados  protegidos por camionetas, lluvias torrenciales y calores absolutos, donde cuentan lugareños en las inmediaciones de Loma Bonita en los límites de Oaxaca y Veracruz existen haciendas  tecnificadas sin dueños, con fantasmas, bardeadas , alejadas en los llanos, siempre al pie del rio, donde hay  lagunas de lagartos  que estrujan carne humana por las noches,  y solo queda en el aire las leyendas negras de los hombres que detentan el poder a través de las armas.

En los poblados cercanos al rio Papaloapan circula entre rumores las desapariciones forzadas, los nexos de policías ministeriales y municipales con bandas delictivas,  los secuestros con rescates pagados y familiares que nunca vuelven,  los mensajes del narcotráfico en cartulinas,  los bares controlados por los carteles en los municipios fronterizos, las capillas dedicadas a la Santa Muerte a orillas de la carretera federal 175. Las fosas de migrantes, las fosas de malandros.

Los entierros para halcones muertos bajo fuego, las carreras de caballos en Tierra Blanca donde se apuesta en dólares,  las apuestas a los gallos en Tres Valles, la cultura del norte adoptada en el sur con prostitutas salvadoreñas que bajan en Medias Aguas y se van al puerto veracruzano, madres que peregrinan en las morgues de Tuxtepec y reconocen por tatuajes a sus hijos con tiros de gracia, el financiamiento ilícito a políticos intocables, los narco alcaldes, los narco negocios, la palabra narco siempre innombrable. El miedo al narco siempre presente. Todas leyendas fúnebres que se reducen a  campanadas noticiosas en tiempos de muerte.

El territorio del sureste veracruzano se encuentra en guerra desde hace cuatro años entre el Cartel del Golfo y el Cartel de los Zetas, lo han documentado medios nacionales, periodistas de todas las filiaciones, han sobrevivido historias a la censura y al miedo. “El cuerno de la abundancia que fue por muchos años la cuenca del Papaloapan para los municipios que rodean  el segundo río más grande del país en las fronteras entre Oaxaca y Veracruz se ha convertido en los últimos 6 años en una zona de guerra. Que se ha recrudecido en el 2013 por la lucha por controlar el corredor estratégico entre el Cártel del Golfo y el Cártel de los Zetas han sostenidos cuerpos policiacos federales. El gobierno veracruzano ha hecho menos el problema con políticas de Seguridad Pública ineficaces y el gobierno de Oaxaca se ha escudado en la excusa del “efecto cucaracha” 

(Blog Expediente 03/01/14).