Cuando las propuestas faltan o no convencen, la única salida es acudir al "juego sucio" aunque para ello, se enloden, ensucien y revuelquen en sus mismas inmundicias.
Jueves 17 de Mayo del 2012.
La presente campaña electoral no ha logrado colocar una frase contagiosa de ningún candidato presidencial.
Acepto que habrá quien apunte que no abono a la verdad, y que por ejemplo a la panista Josefina Vázquez Mota se le puede atribuir el que es "diferente", al candidato de la izquierda Andrés Manuel López Obrador lo de la "República amorosa", al priísta Enrique Peña Nieto "me comprometo a…" y a Gabriel Quadri, el aliancista lo de "contamos contigo".
Pero a menos de 50 días de la elección federal, no hay hasta el momento ninguna frase de los aspirantes a la Presidencia que haya traspasado el subconsciente de los mexicanos.
Las expresiones permean a la sociedad cuando éstas se utilizan entre el colectivo para efectos que incluso nada tienen que ver con el evento en cuestión --para el caso el proceso electoral--, cuando incluso los niños o cualquier otro grupo definido de personas utilizan las expresiones de manera coloquial.
Lo único que se puede decir que ha llegado más allá de la propia competencia electoral, es el spot que hace meses promovió la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), de la que se destacó la frase "denúncialo con la FEPADE", misma que sobre todo los niños manejan desde entonces para resaltar algo que se ha hecho mal en cualquier ámbito de la vida cotidiana. Sin embargo y en honor a la verdad, este slogan de la Fiscalía en cuestión, ni siquiera logró el impacto de aquella campaña de credencialización del año 1988 encabezada por el Registro Federal Electoral (RFE) dirección del Instituto Federal Electoral (IFE), en donde muchos aún no podemos borrar la frase: "pero te peinas cuñao".
Con todo lo negativo que se pueda abonar al sentido de la frase que utilizó Arturo Montiel para llegar al gobierno del Estado de México, ninguno de los candidatos actuales presidenciales, ni a cualquier otro cargo al que se aspire por votación, ha logrado hasta ahora superar lo de "los derechos humanos son para los humanos, no para las ratas".
Ante este estancamiento de posicionamiento en la contienda electoral, los estrategas de los candidatos han decidido que hay que dar un viraje en los enunciados de campaña y dejar de lado las propuestas para pasar de lleno a las descalificaciones.
Ahora escucharemos con todo clamor, la campaña de "los trapos sucios" en torno a los contrincantes o adversario elegido.
Cuando las propuestas no convencen y se miran y escuchan enanas frente a los grandes retos que todos tenemos como país, la salida de los que se envilecen con el poder es acudir al juego sucio aunque para ello se enloden y se revuelquen en su misma mugre.
Los ciudadanos empero, tampoco debemos esperar más de lo que los políticos a la usanza de la democracia partidizada nos quieran o nos puedan dar. Participemos sí y entremos en su juego pero para derrocarlos y a la vez, empecemos a enfrentar y reconstruir aún cuando la adversidad nos aplaste. El juego sucio que lo hagan ellos, nosotros practiquemos el de las acciones.
Acta Divina…El Instituto Federal Electoral (IFE) deberá intervenir en el presente proceso electoral cuando existan campañas de desprestigio, siempre y cuando exista una denuncia de por medio.