"Todas las reformas que se llevan a cabo en un
contexto de corrupción institucionalizada, opacidad,
privilegios, un país donde la trampa corroe, el
despilfarro es la norma".
El mensaje de Enrique Peña Nieto, como parte de su segundo informe de gobierno, choca con la realidad y se parece a los informes de ex presidentes de la República, de extracción priista, señalaron Denise Dresser y Sergio Aguayo.
En Noticias MVS primera emisión, Aguayo apuntó que se vio la supervivencia de la cultura política del pasado.
“Me llamó la atención ese regreso, la supervivencia de los modales en el comportamiento, una sensación de suficiencia”, expuso.
El mensaje del 2 de septiembre, aseguró, fue un tedioso regreso a los informes de Díaz Ordaz, López Portillo,” aquellos que querían apabullar a los críticos, con cifra tras cifra”.
Resaltó que en su discurso, EPN mencionó una sola vez la palabra corrupción y ciudadanos. Y habló de un México que se iba a transformar, como si los poderes fácticos no existieran.
“¿Hasta qué punto lo que escuchamos fue un listado de buenos deseos que desprenden de haberse logrado 11 reformas?”, preguntó.
Aseguró que pese a las cifras presentadas, hay necesidades del país que siguen sin ser resueltas ni atendidas, además de que los grandes obstáculos como la corrupción son ignorados, “tal vez porque forma parte de la cultura política”.
“No sé si fue el inicio de una etapa llena de grandes transformaciones o el recordatorio de que se viene una etapa de inestabilidad, arrebatos de los más poderosos de las riquezas nacionales”, consideró.Aguayo retomó el trato que ahora da la prensa extranjera al presidente mexicano. Indicó que pese a que Peña ha buscado, como en su momento lo hizo Carlos Salinas, “encantar” a los medios extranjeros, la prensa ya no está dispuesta a creerle a los aparatos propagandísticos de Los Pinos”, aunque hay excepciones como El País.
Para Denise Dresser lo que hemos visto ha sido un largo comercial de televisión y una lista de supermercado. Una “retahila convencional de reformas aprobadas”, todo consistente con la narrativa del México que se mueve.
Las preguntas son si el país se mueve en dirección correcta y si se mueve sólo a favor de unos.
Aseveró que pese a lo celebrado de las reformas consumadas en los últimos 2 años, éstas tienen puntos criticables, como el que las leyes en materia de telecomunicaciones le den un trato preferencial a Televisa.
Recordó que en la modernización salinista se terminó fortaleciendo al capitalismo de cuates, lo que podría volver a ocurrir ahora.
Indicó que todas las reformas que se llevan a cabo en un contexto de corrupción institucionalizada, opacidad, privilegios, un país donde la trampa corroe, el despilfarro es la norma.
Por lo pronto, “el cambio con rumbo que presumió va a ser poco más que un infomercial“.