3/6/16

Jefe de Los Zetas: Devela secreto, El Gobierno de Veracruz, nos abrio las puertas y hoy pacta con otro Cártel.




Por Óscar Balderas y Nathaniel Janowitz

Afuera de nuestra habitación, hay un jefe de sicarios de Los Zetas.
Los que viven en la zona centro de Veracruz saben quién es este tipo o han escuchado de él, y si está del otro lado de tu puerta, significa que en algún lugar, muy cercano a él, hay un comando de jóvenes sicarios que trabajan bajo su mando.
Él nos observó a lo lejos, desde la calle, y avanzó detrás de nosotros, manteniendo una distancia de unos 15 metros para disimular que no seguía nuestros pasos. Vio que entramos al lobby del hotel, al elevador, al pasillo en el primer piso, al cuarto y fue detrás de nosotros. A punto de entrar a la habitación, hizo una pausa, sacó un teléfono móvil de su pantalón y escribió a alguien — ¿a su superior en el cártel? ¿a los sicarios que trabajan con él? — para después abrir la puerta y cerrarla.
Ahora está adentro. Pone el seguro y con su cuerpo bloquea la entrada del pequeño cuarto de hotel barato que se renta por menos de 28 dólares al día: dos camas individuales, una silla, una televisión empotrada en la pared, un baño viejo y unas pesadas cortinas que él cierra para impedir que seamos vistos desde la calle.
'Anteriormente fui policía ministerial y comandante municipal... [y luego] 'me llegaron al precio'.
Ocho meses después de búsquedas, preguntas y seguir pistas, estamos frente a un mando de "la letra" activo y en su reino de violencia. Él hará una pausa en su vida asesina para responder sobre la organización criminal a la que pertenece, los cárteles rivales y el rol que juega el gobierno de Veracruz en una trama de política y crimen.
Especialmente, está aquí para responder una duda, ¿están realmente Los Zetas perdiendo presencia en su zona de mayor de influencia en México?
— Muy bien, señores, estoy listo — dice con una voz cavernosa — ¿Qué quieren saber?
Todo en él transmite dureza: su apretón de manos es como atenazar una corteza reseca y su mirada parece cargar con las decenas de muertos que tiene atorados en el alma. Incluso, sentado en la única silla de la vieja habitación, tiene una presencia intimidante. El apodo que elige no es en vano: "El Sangres".
— ¿Cómo inició usted?, ¿cómo fue que entró a la organización?
— Fue un momento de mi vida de desesperación, aunado a lo que yo sé, a lo que yo me dediqué: anteriormente fui policía ministerial y comandante municipal. Al ver tantas injusticias, yo renuncié a mi cargo. Me hicieron unos achaques en los que yo no tuve nada que ver y no encontraba trabajo. Dijeran por ahí que 'me llegaron al precio' y así fue como inicié.
— Usted primero fue policía y después esto, ¿mezcló ambas actividades?
— Para nada.
— ¿En qué año es que ingresa a la organización?
— En la organización llevo ya cinco años.
— ¿Cuáles son las funciones que usted lleva a cabo?
— (Jefe de) Sicarios. Nada más.
— ¿En qué zona?
— Zona centro. Llámese Veracruz, Córdoba, Orizaba, Mendoza... a donde me manden.
— ¿Cuánto gana aproximadamente?
— Dependiendo del trabajo que vaya yo a realizar es lo que me pagan. Oscila entre unos 20 y 25.000 pesos [entre 1.000 y 1.350 dólares].
— ¿Cómo conciben ustedes al cártel?
— Ellos son una familia, mi familia es el grupo que yo manejo. Puros sicarios. Yo no me dedico a extorsionar a la gente. A mi me dicen 've a tal lugar, está fulano de tal, te lo llevas y no lo quiero volver a ver' (...) Yo sólo voy a mi trabajo. Yo (a ustedes) no les voy a robar lo que traigan en la cartera, no les voy a quitar un teléfono, yo no les voy a quitar un reloj. A mi me dicen 'llévenselos' y se acabó.

El 'deztino' de Veracruz

Hay un chiste negro que cuentan los habitantes de Veracruz sobre el nombre de ese estado en el Golfo de México: se escribe con "z" porque el destino dictó que sería dominado por un grupo con esa letra.
Esa broma se repite en la capital — Xalapa-Enríquez, el nombre oficial —, en ciudades importantes como Orizaba, Coatzacoalcos, Ciudad Mendoza, Zongolica, Aculztingo, y en los lugares que tengan una zeta en su nombre, porque en algún momento la leyenda se hizo realidad: entre 2005 y 2013, el cártel de Los Zetas se convirtió en el gobierno de facto en grandes porciones del estado.
En septiembre de 2011, 35 cuerpos fueron abandonados en una avenida en la zona metropolitana de Veracruz. La masacre involucró a Los Zetas. (Imagen por EPA/Veracruz en Red)
La historia de los Zetas no es una verdad oficial, sino retazos de versiones de gobierno e investigaciones periodísticas: entre 1997 y 1999, el Cártel del Golfo, la organización criminal vigente más antigua en México, reclutó a militares de élite desertores del gobierno para convertirlos en su guardia armada. Los llamó Los Zetas y con el tiempo, tuvieron tanto poder que se independizaron de sus jefes y les disputaron el estado donde nacieron — Tamaulipas, que comparte frontera con Texas, Estados Unidos — y sus alrededores. Para 2005, "la letra" ya había invadido Veracruz, en los tiempos del gobernador Fidel Herrera, militante del Partido Revolucionario Institucional y hoy cónsul de México en Barcelona, España.
Para 2010, ya eran un poder de facto que infundía horror por sus sádicas ejecuciones, que en aquel año elevaron los homicidios a uno cada seis horas: colgar cuerpos en puentes peatonales, abandonar cabezas frente a escuelas, desmembrar mujeres, grabar sus asesinatos en video y publicarlos en línea, disolver cadáveres en ácido, secuestrar gente para luego sembrar sus cuerpos en alguna de las 144 fosas clandestinas hasta ahora reconocidas oficialmente, eran sus marcas.
En Veracruz, el crimen organizado está tan presente en la vida pública que en tres días habrá elecciones para renovar gobernador y dos de los tres candidatos punteros — los primos hermanos Miguel Ángel Yunes (PAN-PRD) y el oficialista Héctor Yunes (PRI)— se han cruzado acusaciones de lavar dinero para Los Zetas. En medio de esa guerra electoral, el expresidente mexicano Felipe Calderón afirmó que el PRI, partido en el que milita el actual gobernador Javier Duarte, entregó el estado a los cárteles de la droga.
Ese poder e impunidad con la que actuaban Los Zetas dio origen a casos como el de Fernanda Rubí, ocurrido un año después de que "El Sangres" debutó en el mundo criminal.
CON INFORMACIÓN DE: VICE NEWS.